Mi primer maestro de ballet, Enrique Lomi, me decía: "hacelo bonito y te quedará bonito". Tenía mucha razón. Para verse bien no alcanza con hacer cualquier actividad física, por más fuerte que sea. Muchas veces el entrenamiento de algunas actividades nos dejan un cuerpo desalineado, tosco, desagraciado, burdo y horrible. Como mujer entreno a mujeres y no sólo me preocupo para que tonifiquen y elonguen, me ocupo con insistencia en refinar sus movimientos y posturas para que no pierdan su femeneidad a causa del entrenamiento, quiero que se vean y se "muevan" con más elegancia, femeneidad y glamour que al comienzo. Se puede lograr piernas, abdomen, brazos, glúteos y espaldas súper fuertes y duras sin deformarse ni "masculinisarse". Esa fue mi inspiración desde que decidí crear un método de ejercicios. Quería que cualquier mujer de cualquier edad y condición física, cultural y laboral pudiera tener la opción de lograr una estética corporal estilizada de bailarina, que puedan acceder a un plan de ejercicios con estilo de ballet, pero sencillos, efectivos y por sobre todo SALUDABLES. Así nació mi método VERLER, con ese espíritu de ballet que ya conocen. Pero he ido por más, y aunque no sea una clase que mostré tanto en los medios, "kinesio-danza" es un clásico en mi instituto. Tiene media hora de técnica de barra clásica con los pasos de la danza pero modificados fisiológica y biomecánicamente para que nadie se lastime y todo el cuidado preventivo y postural desde el punto de vista kinésico para que lo disfruten sin riesgos. Además de esa media hora de técnica de barra clásica modificada, desarrollo ejercicios kinesioestéticos para fortalecer y estilizar brazos, abdomen, muslos, aductores, glúteos, axilas, etc. Por supuesto, nunca faltan las elongaciones y la constante realineación postural desde la planta de los pies hasta el cráneo.
Pero no se pongan tristes queridas lectoras, ahora podrán disfrutar de mi "kinesio-danza" con mi nuevo DVD: "cuerpo de bailarina" que estará a la venta en Septiembre y te lo podemos enviar a cualquier parte del mundo. No hay edad para comenzar a transformarse. El cuerpo tiene la forma de lo que se le da y de todo lo que no le damos, por eso siempre es sensible de modificarse con los estímulos que le demos de ahora en más..
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