La postura se define como "cuerpo sin dolor", nada tiene que ver con estar derechos. Es mucho más sutil que eso. ¿Pero de qué dolor estaríamos hablando?. Cuando el esqueleto comienza a torcerse, a raíz de las malas maneras de colocar el cuerpo al hacer las cosas de la vida diaria, la gravedad se aprovecha y lo tuerce cada vez más, yo digo que lo abisagra cada vez más, hasta que aparece el dolor físico, por exceso de trabajo muscular y por desgaste articular. ¿Pero acaso la causa de ese dolor físico es solo por movernos, sentarnos y pararnos mal?. ¿Qué participación tiene el dolor emocional?. Por lo general, mis pacientes, cuando comienzan a pararse mejor y a modificar esa conducta corporal que les provoca dolor, muchos descubren que comenzaron a encorvarse cada vez que los maltrataron en el pasado o que sus cuerpos busca esa conducta cuando son maltratados en el presente, como buscando esconderse dentro de sus cuerpos. Es como el huevo y la gallina: al corregir la conducta corporal desaparece el dolor físico, pero emerge el dolor emocional y cuando aparece el dolor emocional se arruina la postura y duele el cuerpo físico.
Muchas veces, haciendo una terapia física, mis pacientes logran destrabar emociones dolorosas y con suerte pueden dejarlas partir junto con sus vicios posturales.
Bueno, para pensar.
Verónica Lercari