domingo, 18 de diciembre de 2011

EL TIEMPO, EL MEJOR REGALO

Si me preguntan ¿qué sería el mejor regalo para mi?, sin lugar a dudas diría: tiempo. El tiempo es el bien más preciado que tenemos y es lo que más malgastamos. Lo llenamos de discusiones, de problemas, conflictos, angustias, temores, juicios, envidias, frustraciones, críticas, etc. Nos olvidamos que en un segundo todo pasa a ser pasado. ¿Como nos ocupamos de administrar nuestro tiempo?, ¿de qué lo llenamos?, ¿cuánto tiempo ocupamos en hacer crecer los afectos, en estar con los seres que decimos amar?, ¿cuánto tiempo ocupamos en cultivar nuestro cuerpo emocional y espiritual?, ¿cuánto tiempo ocupamos en esas cosas que nos dan placer?, ¿cuánto tiempo ocupamos en hacer aquellas cosas que nos gusta?. Nos vamos convirtiendo en especialistas en ocupar el tiempo en boicotearnos y frustrarnos, en criticar a otros y no mirarnos a nosotros mismos, en mirar por la TV como "hacen" los otros y dejamos de "hacer" nosotros, en asustarnos y no avanzar hacia los proyectos que deseamos, en mirar la parte del vaso vacío y no la parte llena, etc. El otro día escuché una sugerencia que deseo compartir con ustedes. Resulta que una persona enferma le dice a un psiquiatra: "con la enfermedad que tengo no puedo hacer nada", entonces éste le preguntó: "¿qué hacés con tu tiempo?",  y le aclaró: "poner toda tu atención y energía en algo que no podés cambiar  como tu enfermedad es completamente estéril, pero si te ocupás de hacer cosas que te gustan, seguir con la vida, te sentirás mejor, porque el problema es qué se hace con el tiempo que tenés, si sólo mirás a tu enfermedad te convertís en una víctima y la vida es insoportable, lo importante es qué hacés con el tiempo que te ha sido dado". Esa última frase me pareció genial: ¿qué hacemos con el tiempo que nos ha sido dado?. Te dejo pensando, cada uno tiene una respuesta para ésta bella pregunta. Yo, por mi parte, estoy tratando de llenar mi tiempo de buenos momentos y futuros buenos recuerdos.
Lic. Verónica Lercari

domingo, 11 de diciembre de 2011

CON LAS PATITAS EN EL AIRE

La gran ocupación en mi vida es "aprender a ser feliz", y la gran preocupación es no lograrlo. Cuando miro mi vida me doy cuenta que me fue más fácil sentirme feliz estando en pareja que sin ellas. El otro día, en la soledad de mi auto y escuchando un programa de radio me sentí impactada por lo que un psicólogo dijo respecto a las personas en pareja: "hay individuos que necesitan del otro para sentirse bien y cada vez que vuelven a ellos se angustian, encuentran su felicidad en torno al otro". ¡Cuántas veces "armamos" un mundo con el otro, o los otros, que nos hace felices y nos da calma, y el día que nos dejan o se ausenta nos sentimos con las patitas en el aire, en un vacío tridimensional espantoso!. Esto me hace reflexionar en muchas cosas: ¿Tengo un mundo individual que me complete como persona sin necesidad del otro?. ¿Ese mundo, es capaz de hacerme feliz sin el otro?. ¿Podré vivir sin un otro, o tendré que salir siempre corriendo a buscar  uno, como si estar conmigo fuese aterrador?. ¡Hay!, cuántas preguntas... Entiendo que al ser seres sociales necesitamos formar una "tribu" para vivir y "pertenecer" a ella. Los animales también tratan de pertenecer a un grupo. Pero lo peligroso es cuando dejamos de ser INDIVIDUOS dentro de un grupo o pareja, y nos transformamos en el paquete del otro, como si vaciáramos todo lo que tenemos dentro y lo llenáramos sólo del otro, "lo mío ya no importa, ahora me lleno de vos". O como un camaleón, que al tocar tierra roja se vuelve rojo y ya deja su color anterior, entonces, ¿de qué color es el camaleón?, ¿te lo preguntaste alguna vez?, ¿y tu, quién eres más allá del otro?, ¿Te gustas sin el otro?. ¿Serías capás de seguir el camino si de pronto tu otro u otros no están?. ¡Cuántas preguntas otra vez!. Bueno, aquí me encuentro en la vida, tratando de ser feliz con mi YO individual y tratando de ser feliz con mi GRUPO maravilloso. Porque  también es  importante que los integrantes de mi grupo sientan la hermosa "libertad" de elegir lo que quieren ser y hacer de sus vidas, y para ello es necesario que yo les permita y no les bloquee esa libertad, y eso lo logro únicamente si no tengo MIEDO de quedarme CONMIGO sola alguna ves o de vez en cuando. Y con este final podría iniciar otro tema que es "la castración", primero la de uno y luego, como no me banco castrada, entonces "castro" a todo el grupo para que no me abandonen, etc., etc., etc.
Gracias por dejarme compartir mi crecimiento personal con ustedes y si además los ayuda a pensar, misión más que cumplida.
Verónica Lercari.

viernes, 9 de diciembre de 2011

"Quiero ser más alto, mamá"

La otra noche, cuando me disponía a acostarme, mi hijo de 16 años entra a mi cuarto y me dice: "no estoy creciendo desde que fuimos a Brasil y yo quiero ser más alto, ¿que puedo hacer?". Lo miré y vi un joven hermoso y recordé de inmediato el maravilloso mundo interno que tiene, como su música, su don para ser músico, su carácter, su humor, su corazón dulce y generoso, su sentido de justicia, su inteligencia, su simpatía, su belleza única e irrepetible, etc., etc., entonces le respondí: "¿y quién te dijo que ser alto te hace más valioso o más lindo o más exitoso o más querible?, las personas, Matías, brillan por lo que son internamente, por lo que irradian, por lo que dan, por la alegría que sienten por lo que hacen,  se llega a ser feliz cuando hacemos lo que nos gusta y nada tiene que ver con la altura, la apariencia es un valor social, la sociedad impone modas y tipos de cuerpos y que luego modifica cuando se aburre de ellos, asique sería tonto tratar de operarse todo el tiempo para seguir la corriente, lo único que importa es lo que tenés dentro, que hagas en tu vida lo que te hace feliz, seguir tu propia corriente, se tú mismo, se quién quieres ser y te aseguro que no te faltarán personas que deseen estar contigo y amarte por lo que eres y no por tu altura, cuida a tu cuerpo tal como es,  hacé ejercicios y mantenerse en peso, te da energía positiva y te mantendrá fuerte y contento. Yo tengo pechos muy pequeños y me siento hermosa, ¿y saben qué?, la gente me ve hermosa porque yo transmito lo que siento de mi". Finalmente mi hijo entendió rápidamente de lo que le estaba hablando y se tranquilizó sin dudarlo, "tenés razón" me dijo y se fue a dormir feliz.

domingo, 4 de diciembre de 2011

CUERPO EMOCIONAL, CUERPO FÍSICO

Esta es una historia real que quiero compartir contigo, porque se que te hará pensar tanto como a mi. El nombre lo he cambiado, por supuesto. Este es un caso entre miles que se repiten a diario en un sistema que  niega el lazo entre el cuerpo emocional y el cuerpo físico, su interacción y su existencia. El otro día me vino a ver una paciente desesperada por el dolor, en busca de un milagro. Cuando la vi entrar pude VER de inmediato "el cuerpo del dolor", su postura antálgica, su voz y su mirada eran estremecedoras. La hice pasar, le pedí que se pusiera cómoda y me contara el motivo de su consulta. Me dijo que hacía un tiempo la habían operado de columna porque tenía mucho dolor en la espalda baja y en la pierna  desde hacía 6 años Le habían hecho dos artrodesis (le quitaron dos discos intervertebrales y le fijaron las vértebras involucradas), pero como el dolor seguía le realizaron otra operación en la que le pusieron placas y tornillos para fijar más. Al poco tiempo los tornillos se aflojaron y la volvieron a operar para quitárselos. La cosa es que luego de 3 operaciones el dolor era peor. Ella me conocía de la TV, hacía mi gimnasia y se sentía muy bien por aquellos años, ahora quería saber mi opinión sobre su dolor porque confiaba en mi. Le pregunté si llevaba consigo alguna radiografía de su columna de antes de la primera operación, por suerte  tenía y cuando la vi no podía creer que la habían sometido a semejante operación por tan poca cosa. Tenía dos pequeñas  protrusiones discales que se hubieran solucionado corrigiendo la postura con RPG y ejercicios. Además presentaba una hiperlordosis lumbar, entre otras curvas compensatorias, todo reversible con trabajo y disciplina. Como Alicia ubicaba con precisión el inicio del dolor 6 años atrás, entendí que "algo" debió haber sucedido en su vida para que su cuerpo comenzara a gritar de esa manera y a perder la postura que tanto había cuidado con mi gimnasia, lo que me llevó a preguntarle: ¿qué te pasó hace 6 años?, e inesperadamente se echó a llorar y me contó que había fallecido una persona muy importante en su vida. En ese instante lo comprendí todo: el dolor producto del quiebre emocional fue tan intenso que su cuerpo se debilitó y al tomar la postura del dolor y la depresión sus discos protruyeron generando compresión en el canal neural comprimiendo las neuronas y las raíces nerviosas y los discos sufrieron deshidratación con el tiempo empeorando el cuadro. El error fue operar los discos, estos son los últimos eslabones de la cadena del dolor de Alicia. Su cuerpo emocional debió haberse tratado primero, luego y casi en paralelo, se debió haber observado y corregido las malas posturas y debilidad que tallaba el cuerpo emocional sobre el cuerpo físico. El cuerpo emocional es ignorado a la hora de tratar una lesión física concreta. Yo aprendí a no subestimarlo y a tenerlo en cuenta siempre, aunque no lo pueda auscultar, medir, tomarle la temperatura, la presión o ubicarlo en un lugar concreto del  cuerpo. Las personas somos, nos sentimos y nos vemos físicamente según cómo se siente nuestro cuerpo emocional y éste, a su vez, depende directamente del cuerpo espiritual. Los tres se relacionan íntimamente, lo bueno y lo malo que a cualquiera de ellos le suceda se manifestará en los otros dos indiscutiblemente.
Lic. Verónica Lercari