martes, 20 de noviembre de 2012

TRES NUEVOS DVDs para tu salud y tu belleza

Les cuento que estoy lanzando mis nuevos DVDs.
 "Cuerpo de verano" te ofrece una clase de gimnasia Verler de 90 minutos con todos los ejercicios que tu cuerpo necesita para ponerse en forma en poco tiempo y llegar al verano espléndida. Es súper efectivo. Vale la pena.

"Columna y espalda" trae 3 rutinas distintas de ejercicios correctivos de columna y espalda para realizar en días alternos. Fortalecen y corrigen los vicios posturales. Además trae el cilindro de PVC para los ejercicios que lo necesitan.


"Gimnasia articular anti artrosis" trae ejercicios de movilidad para todas las articulaciones del cuerpo: columna, cintura escapular, hombros, codos, muñecas, manos, pelvis, caderas, rodillas, tobillos, pies. Mantiene tus articulaciones móviles y sin dolor.

domingo, 23 de septiembre de 2012

MI BELLEZA ES MI INDIVIDUALIDAD


Millones de mujeres y hombres de todas las edades son infelices porque se “sienten feos”. ¿Y por qué se sienten feos?, sencillamente porque se comparan con el modelo de belleza de moda del momento. Cuando la sociedad “implanta” un modelo de mujer u hombre, inmediatamente la mayoría queda fuera de concurso, aumentando la insatisfacción y con ella la demanda de cirugías, tratamientos y todo tipo de cosa que se venda con la promesa de acercarnos a la transformación deseada. Pero lo que para muchos es un gran negocio, para los que se sienten feos es un trastorno psíquico y emocional difícil de ordenar.
Y en ese torbellino de angustia por no ser ni parecidos al modelo perfecto, nos vamos alejando cada vez más de poder darnos cuenta que, en realidad, cada uno de nosotros somos extraordinariamente diferentes y es, justamente, esa diferencia la que nos da la posibilidad de ser bellos. Digo la “posibilidad” porque la naturaleza genética por sí sola no es la responsable de lo mal que nos tratamos y de la fealdad que adquirimos por autodescuido. Es decir: si soy morocha de tez morena, cabello rizado,  nariz grande, senos pequeños, baja estatura  y ojos café, no soy fea por eso. Pero si estoy gorda porque me como todo, camino torcida, me cuelgan las carnes porque no hago actividad física, etc., entonces sí soy fea por eso. Uno es un modelo único e irrepetible, si lo cuido no hay posibilidad de no ser bello, individualmente bello. Claro que para entender esto primero hay que despojarse del modelo de belleza implantado por la sociedad y dejar, finalmente, de compararse con él. Si tratamos de mantener lo mejor posible el modelo individual, seremos los dueños absolutos de una belleza única e irrepetible que nos identifica y diferencia del resto. Tratar de ser distintos a uno mismo nos conduce por un camino de eterna insatisfacción, baja autoestima, dudas, miedos, frustraciones, etc. Pero tratar de hacer brillar el modelo que nos tocó, sin modificaciones, nos conduce por un camino de identidad, de seguridad, de amor, de logros, en fin: de felicidad.
Agradecer el modelo único que somos es el comienzo para empezar a sentirnos plenos, completos y poder disfrutarnos. Pelear contra el modelo único es una completa equivocación.

domingo, 9 de septiembre de 2012

SENTIRSE MERECEDOR


Alguna vez creí que si tenía un sueño lo podría alcanzar a fuerza de mucho trabajo y una gran fuerza de voluntad. Pero mi vasta experiencia de esfuerzos tremendos por alcanzar lo que deseaba me dio la posibilidad de descubrir que hay algo menos visible y decisivo a la hora de acariciar una oportunidad, algo que puede dar vueltas las cosas al punto de hacernos sentir verdaderos inútiles o verdaderos genios, más allá de la preparación que tengamos.
Cuando reviso mi desempeño frente a las oportunidades de mi pasado, descubro que esa vieja idea que tengo sobre mí,  es en definitiva la que decidió mi fortuna. Un niño no sabe si es valioso por sí mismo, son el trato y la atención que recibe de sus padres con lo que construye su primera idea de sí mismo, razón por la que es una idea muy errónea. Pero es esa primera idea la que aparece en cada oportunidad que se nos presenta de ser felices, ya sea para hundirnos o no, y no importará cuan genio seamos en algo, si en el fondo creemos que no somos merecedores, nos irá mal de todos modos. Por el contrario, las personas que se sienten merecedoras logran los objetivos con menos esfuerzos y felicidad. Te voy a contar sobre mi:
Yo me entrenaba muy duro para ser una bailarina clásica. Si mis compañeros practicaban dos horas diarias yo lo hacía cinco o más. Sabía que las oportunidades no te avisan con tiempo, aparecen y uno tiene que estar listo. Pero a pesar de sentirme como pez en el agua durante las clases de baile, cada vez que entraba en una situación de oportunidad, como un concurso, selección, etc., no era la misma de las clases, sentía que me hacía chiquitita y una sensación profunda de no merecimiento crecía desde lo más profundo de mis entrañas para apoderarse de mi control y todo salía mal. No lo entendía, sabía que tenía talento y me quedaba claro que me boicoteaba, pero no entendía el mecanismo hasta muchos años después. Crecí y viví mi primera juventud boicoteando todo lo que intentaba, razón por la cual mi felicidad no parecía depender de mi. No fue hasta que, por necesidad, inventé mi método de gimnasia Verler y comencé a dar clases, y progresivamente empecé a sentir, por primera vez, que era valiosa.  Podía verme reflejada en la alegría que sentían mis alumnas al estar conmigo haciendo algo que era yo. Ellas eran el espejo que me dio una idea de mi totalmente distinta a la que mis padres me habían dado. Me fortalecí, y lo hice desde mi misma, encontré mi valor dentro mío. Me vi en el otro y por primera vez y me gusté. No importa lo que hagamos, lo que sentimos cuando lo hacemos es lo que nos define y nos hace felices, porque es allí, en el camino de hacer las cosas en donde está la dicha, la felicidad no nos está esperando en un lugar. Pero caminar con sentimientos de no merecimiento es como no llegar nunca a ningún lado. Tenemos la mala costumbre de pensar que no podemos ser capaces de hacer algo bien sin la aprobación de alguien superior a uno, como si alguien desde afuera de nosotros mismos tuviese el poder de otorgarnos el valor para algo y el merecimiento de la dicha por hacerlo. Como cuando éramos niños, hacíamos algo y mirábamos a papá o a mamá buscando la aprobación. ¡Cuántas cosas dejamos en el camino por sentirnos incapaces de lograrlas, de no merecerlas y cuanta dicha nos privamos!.
Hoy se que el límite soy yo misma. Siento que merezco todo lo que desee hacer. Y si en alguna ocasión, en la que mi valor se pone a prueba, aparece mi vieja idea de mi, con la intención de boicotearme, puedo identificar lo que me está sucediendo y recordarme que ese sentimiento no es verdadero, que yo valgo para mi y no por lo que halla significado para mis padres o para los demás, que soy lo elijo ser, es mi sentimiento de mi misma, es la pasión con que hago lo que me gusta, es el amor que me permito sentir por los que elegí amar y es el amor que me quiero dar.
Por todo lo expuesto, te quiero decir: que cuanto más te atrevas a hacer lo que desees hacer, más oportunidad tendrás de ser feliz.  Participa activamente de tu propio destino, construye tu sentimiento sobre ti, y si aparece algún sentimiento de no merecimiento, recuérdate que no te pertenece, y sigue avanzando.

martes, 4 de septiembre de 2012

LA DECISIÓN DE SER FELIZ


Una vez, hace más de 20 años, un amigo me dijo: “ser feliz es una decisión”. Pero yo no estaba muy convencida de su afirmación, ya que para mi, la felicidad, era el estado emocional que deviene cuando se obtienen aquellas cosas y situaciones que soñamos, como dinero, un príncipe azul, éxito, fama, una casa hermosa, hijos, etc.. Jamás hubiera imaginado que, aún con todas las carencias que tenía entonces, podía comenzar a ser feliz en ese instante y en esa situación. Sin embargo, y a pesar de haber luchado contra viento y marea para lograr tener todo aquello que soñé, nunca me detuve a disfrutarlo, las cosas me pasaban de largo, siempre tenía algo más importante que lograr, y lo que es aún peor: mi angustia crecía y la posibilidad de alcanzar la felicidad parecía alejarse aún más, como los espejismos, cuanto más caminas hacia ellos, más se alejan.
Pero una mañana de lluvia me sucedió una revelación muy impactante: supe, de repente, que no hay cosa en la tierra que tenga “valor” ni “sentido”, que ninguna nos acerca a la felicidad, salvo a momentos de alegría efímeros y cortos, mi alma tenía frío y miedo. Sentí terror, mi lucha había sido una terrible pérdida de tiempo, sentí que no sabía donde estaba parada. Lloré desconsoladamente, mi esposo y mis hijos me miraban absortos. Por suerte, mi esposo  con esa sabiduría que solo tienen los que se atreven a amar sintiendo el amor, me abrazó y me dijo al oído: “aquí estoy, aquí estamos, tus hijos y yo te amamos”.  Fue en ese momento, en donde comprendí que la felicidad es un estado interior que se construye a partir de uno mismo en ese momento único que se llama presente, es una elección constante acerca de cómo nos tomamos las cosas que nos suceden, acerca de qué parte vemos de la realidad que nos rodea en cada segundo, más allá de cuánto hallamos logrado obtener de nuestros sueños, el secreto es el estado emocional con que transitamos el camino, no hay un destino, no nos está esperando la felicidad en una estación del futuro, es aquí, ahora, es desde el momento que comienzo a soñar, a amar, a ver a sentir. Yo puedo elegir qué ver de lo que hay frente a mi, qué sentir acerca de lo que me sucede, a qué darle mi tiempo, a qué y a quienes darle mi atención, yo puedo comenzar a desactivar los mecanismos que me hacen tan infeliz frente al presente y en cambio construir nuevos mecanismos que transformen a ese momento gris en un momento extraordinario y feliz, yo puedo hacer que la felicidad suceda aquí y ahora, en lugar de esperar que llegue condicionada a grandes logros cinematográficos. Asique “decidí” ser feliz, comencé por observarme en cada situación de la vida, y así fui construyendo mis grandes cambios de actitud frente a ellas. Por ejemplo, descubrí con asombro, que solo me permitía relajarme y sentir algún sentimiento de placer solo si no había en mi presente ningún asunto molesto que resolver, razón por la cual mis momentos de felicidad duraban un suspiro o eran un imposible. Descubrí que los problemas invadían a mi cuerpo emocional, al punto de no poder disfrutar la sonrisa de mis hijos, y tantas cosas que me perdí. Descubrí que mi infancia llena de soledad y vacía de expresiones afectivas, no me dejaba avanzar sobre lo nuevo, al punto de seguir sintiéndome sola e insignificante a pesar del amor incondicional de mi esposo,  hijos, y de todos los afectos que supe cosechar. Descubrí que nos quedamos entrampados en mecanismos de reacción frente a las cosas que nos van sucediendo, acordes a los mecanismos que aprendimos de los que estuvieron a nuestro lado desde el día uno de nuestras vidas, por eso nos cuesta tanto elegir, porque de alguna manera estamos condicionados a ser y reaccionar como lo hicieron nuestros modelos o el modelo que hicimos de nosotros mismos.
No es fácil, pero una vez que identificamos los mecanismos que nos alejan de la felicidad,  los podemos revertir, transformar o elegir otros que nos hagan sentir tranquilos y felices a pesar del problema o situación que estemos viviendo. Podemos desarrollar la habilidad de un traductor de idiomas: primero lees la situación desde el mecanismo o idioma que conoces mejor, lo identificas enseguida como dañino para ti y entonces tienes la posibilidad de elegir traducirlo en otro mecanismo o idioma más dulce que te patee a favor y no en contra. Te aseguro que es extraordinariamente posible lograrlo.

Verónica Lercari

martes, 28 de agosto de 2012

LAS PERSONAS SIEMPRE VEN LO QUE SENTIMOS POR NOSOTROS MISMOS AUNQUE TENGAMOS UNA IMAGEN PERFECTA


En mi vasta observación acerca del comportamiento de las personas (y me incluyo) con respecto a la preocupación y ocupación diaria por mantener una buena imagen exterior, comenzando por la ropa, maquillaje, peinado, accesorios, hasta alcanzar el delirio de cortar, rellenar y mutilar a su propio cuerpo, con tal de lograr aquella imagen que supuestamente nos acerca al éxito y admiración de nosotros mismos y con los demás, no se le han escapado a mis ojos la sorprendente e inocultable captación de que no a todas las personas que se empeñan por la imagen les veo sentimientos de aceptación por si mismas. Cuando veo a una mujer u hombre operados por todas partes, peinados, teñidos y vestidos con los códigos del momento, no puedo dejar de ver a una persona temerosa que se ha tomado mucho tiempo y esfuerzo por estar ahí, parada frente al mundo tratando de convencer a todos de lo “bien” que están, y tal vez ese esfuerzo los halla convencido a ellos mismos de eso. Pero mis ojos ven otra cosa: veo un ser humano asustado, confundido, inseguro, que aún no ha encontrado su verdadero valor. Veo a su amor por sí mismo dañado. Veo a un ser que se aleja de sí tanto que a veces pienso si podrá volver a reencontrarse. ¿Qué otra cosa puede alejarnos más de nosotros mismos como el operarnos y modificarnos hasta desdibujar por completo aquellos rasgos que nos dan una identidad genética y nos hacen individuales y diferentes al resto?. Veo a una persona que sin darse cuenta pretende reemplazar a su “ser” con su “tener”, como si teniendo lo que en apariencia lo demás adoran, seremos aceptados y felices. Las cosas se “tienen”, se obtienen, pero no construyen al “ser”. Una cosa, como un vestido, maquillaje, silicona, etc., la puedo obtener, la “tengo” y la puedo cambiar, tirar, regalar, no es parte de mi ser, no compone a mi ser. Pero mi estructura de pensamiento, la idea que tengo del mundo y de mí mismo, la profesión que amo y practico a diario, como la frustración de no tenerla o tener una que detesto, los sentimientos que conforman y construyeron a mi cuerpo emocional, todo eso hacen a mi “ser”, me definen como el que “soy”, y ese soy es lo que verdaderamente se ve y ven todos, más allá de lo que me ponga, me opere, huela, me peine, me tiña, etc.
Yo se que muchas personas tuvimos que construirnos como adultos sobre una infancia estéril emocionalmente, y que el “tener” es un verdadero consuelo, pero no es más que eso, de hecho ¿cuánto te dura la alegría de lo que hoy te compras?, poco, luego tienes que salir corriendo a comprar otra cosa.. La felicidad, el estar bien, en paz con nuestro cuerpo emocional, solo se logra construyendo por dentro a aquel “ser” que deseamos ser. Yo doy fe que nadie nació para ser infeliz por siempre, construirse es un camino largo, dura toda la vida, pero vale la pena. El primer paso es DESEARLO.
Y ¡claro que arreglarse y tratar de vernos bien físicamente es genial!, pero para que sea genial debe ser parte de lo que sentimos por uno mismo.

domingo, 24 de junio de 2012

COMER SANO, RICO Y NO ENGORDAR ES TAN FÁCIL COMO COMER BASURA Y ENGORDAR

La mejor excusa que tenemos para seguir comiendo basura es "la falta de tiempo para ponerse a cocinar", sin embargo el tiempo que tardás en ir a comprarte un alfajor al kiosco o en hacerte un sandwich de fiambre es el mismo que tardarías en hacerte estas recetas nutritivas, sanas y 0 grasas saturadas:
ROLLO DE ACELGA: colocás una tapa de tarta en una fuente para horno a gas o eléctrico, le ponés bastantes hojas de acelga crudas lavadas, le cascás un huevo crudo encima, un poquito de oliva, pimienta, lo que quieras, cerrás esa misma tapa de tarta como haciendo un rollo o tubo, le cerrás las puntas o las aplastás o repulgás como empanada, y  al horno 15 minutos aproximadamente,¡listo!.
CORNETO DE VERDURAS: tomás un pan, le cortas una de las puntas y con los dedos le quitás la miga haciendo un agujero, luego lo rellenás con verduras ralladas o cortadas en chiquito ( zanahoria, remolacha, tomate, lechuga, espinaca, palta, lo que tengas en casa) , le colocás un poquito del aceite que te guste desde el mismo extremo por donde pusiste las verduras, limón, lo que te guste y ¡listo!.

PALTA MEDITERRÁNEA: Cortás media palta chica, le quitás la cáscara, la ponés en un plato, abrís una lata de atún y separás una cucharada generosa, cortás medio tomate en daditos y los mezclás con el atún, rellenás a la media palta con ellos, le ponés por encima oliva, unas alcaparras y una aceituna negra fileteada y lo acompañás con una rebanada de pan integral, o el que tengas, y ¡listo!.
         
 Espero haberte inspirado a dejar de comer cosas que no te aportan nutrientes, no te llenan y encima te engordan!!. Ya seguiré dándote ideas prácticas y nutritivas.
Lic. Verónica Lercari


 

miércoles, 20 de junio de 2012

EL DIAL DE LA EMOCIÓN


El cuerpo emocional es el verdadero capitán que orienta al barco de nuestro destino. Es "ese" volumen y tipo de emoción, a favor o en contra de nuestro éxito, que determinan cómo nos va frente a los demás, a los objetivos cualquiera sean, y por sobre todo, frente a nosotros mismos. Hay personas que sienten emociones positivas y van al frente sin dudar que todo lo bueno es posible y lo merecen, hay otras en que la emoción que sienten es negativa y retroceden permanentemente. El "volumen" de la emoción que nos aflora frente a las situaciones interpersonales o con uno mismo nos aleja o acerca a ese mundo que soñamos. Por ejemplo, si reaccionamos a los gritos ante un enojo en lugar de hablar, no solo lastimamos al que está en frente en ese momento, sino que también lastimamos nuestra propia imagen, relaciones, salud y destino. Así como hemos encontrado las técnicas para embellecer a nuestro cuerpo, al cabello, al rostro, etc., hay un DIAL en algún lado de nuestro mecanismo psíquico que podamos usar al momento de bajar o subir a voluntad ese volumen emocional. Yo lo busqué durante años, habían cosas que me provocaban una ira terrible que no podía controlar ni detener, pero no me di por vencida, sabía que alguna vez iba a poder "regular" el volumen de esa emoción y cada vez que me sucedía me decía: "dale Vero, vos podes controlar esto", pero fue muy difícil, hasta que no descargaba toda la ira no encontraba la calma, pero la angustia posterior a la tormenta era aún peor de soportar. No solo me sentía agotada sino que me dolía ver el daño que provocaba en los demás. Nunca me di por vencida, lo intenté y lo trabajé en cada oportunidad hasta que comencé a manejarlo. El dial existe y uno sí puede modular a la emoción a favor del bienestar propio y de los demás. No solo la ira, ese fue un ejemplo. El "tipo" de emoción que sentimiento sobre uno mismo o los demás es determinante para lograr una vida plena y un destino deseado y también existe un dial para cambiar de canal emocional. Por ejemplo: si me tengo lástima puedo cambiar esa emoción negativa por una, por ejemplo, de confianza. No se decirte en qué lugar del cerebro están estas pedillas pero se que están. Cada uno de nosotros vemos y entendemos al mundo según siente nuestro cuerpo emocional, es totalmente subjetivo, personal y aprendido, por eso, si tu cuerpo emocional te tira para abajo, no te quedes pasivo, lo podes cambiar. La buena noticia es que el cuerpo emocional es reeducable, así como reeducamos la postura, la espiritualidad, el lenguaje, etc. Ahora cuando tengo una situación que me enoja me digo: "aún frente a esta situación me mantendré calma y estaré tranquila para resolverlo en paz lo mejor posible sin lastimarme ni lastimar a nadie". Ahora puedo evitar que mi emoción se exprese como un ser salvaje dañándome y dañando a su paso. Vos también podes educar a tu cuerpo emocional para que tire a tu favor y puedas acumular alegrías en lugar de frustraciones.
Suerte!, Lic. Verónica Lercari








domingo, 27 de mayo de 2012

Uno de mis mejores tips para comer sano y no engordar es: "la regla de 1 cuarto y 3 cuartos"
ALMUERZOS Y CENAS: primero decido qué voy a comer entre pastas, arroz, carne roja, pollo, pescado, legumbres o huevos. Luego divido el plato en 4, a un cuarto lo ocupo con el producto elegido, supongamos que es pasta. Finalmente, a los tres cuartos del plato restantes, le agrego verduras de varios colores crudas o cocidas. Siguiendo con el ejemplo, tomo las verduras que tenga, si son para cocinar las cocino las corto en tiras cortas y las mezclo con la pasta, cocidas a parte, respetando las proporciones antes mencionadas. No uso queso, ni sal. Disfruto de los sabores al natural. Uso pimienta y hiervas frescas con un poquito de oliva.
Y así hago con cualquiera de los productos mencionados al inicio, nunca los junto entre sí y siempre los mezclo con verduras cocidas o crudas en las proporciones descriptas: 1 cuarto por 3 cuartos.
No tomo gaseosas ni bebidas saborizadas industrialmente de ningún tipo, ni siquiera light. Bebo agua, soda, limonada sin azúcar ni edulcorante o jugos naturales en raras ocasiones.
Si quiero agrego un pan chico común o una rodaja de pan integral amasado al agua. Nunca como galletitas, estas tienen conservantes, grasa, sal, etc.
No repito, siempre me sirvo abundante para evitar el "el manoteo".
Para un almuerzo rápido suelo hacerme un rico sandwich de verduras solas. Con verduras cocidas y crudas, con las que tenga, le agrego una aceituna fileteada para darle sabor y oliva.
No como postre, tomo un café o cortado. Si estoy tentada de algo dulce como un postre natural improvisado con lo que tenga como mis bolitas de avena fina, nuez, pasa, semillas y miel: o media ciruela madura o medio  higo con un pompón de ricota y una gota de miel, etc. 
DESAYUNOS: mis desayunos son importantes. Me aseguro comer productos que me den energía a corto, mediano y largo plazo. Respeto la regla de 1 cuarto y 3 cuartos así: los 3 cuartos los cubro con dos frutas distintas, que las puedo combinar con frescas y secas hidratadas en agua como ciruelas, higos, damascos, etc, al cuarto lo cubro con: una rodaja de pan integral amasado al agua fresco (no industrial), lo pincelo con miel y le pongo 5 frutas secas (almendras, nueces y pasas), semillas de zapallo, chía, etc. y agrego una clara de huevo cocida en la teflón, la pongo sobre ese pan o sobre media palta chica o como quiera. En una tacita pongo una cucharadita de polen, otra de avena fina y lo hidrato con una cucharada de leche tibia y así lo tomo. Y mi infaltable mate amargo.
¿MERIENDA?, no la necesito porque desayuno bien, almuerzo tarde y ceno. 
Consumo pocos  lácteos, mis elegidos son: la ricota descremada, leche descremada, y en poca cantidad, el famoso calcio lo adquiero de mi gran variedad de frutas cecas, semillas, verduras y frutas que consumo por día. Me gusta ser creativa con las recetas y la gran variedad que la naturaleza nos regala. 
Tomo mucho te de tilo, manzanilla, cedrón, etc. durante todo el día. En mi trabajo siempre tengo un termo a disposición, es una manera de beber agua y sentirme relajada.
Ya les iré escribiendo mis recetas simples, nutritivas, y dietéticas.
Verónica Lercari

domingo, 6 de mayo de 2012

RECETA CASERA PARA LA BELLEZA Y JUVENTUD DE TU PIEL Y CABELLO



    
La miel, "oro líquido", es usada desde tiempos remotos a la hora de curar y embellecer por sus extraordinarias propiedades. Siendo modestos podríamos decir que la dulce miel, además de rica, es: astringente, suavizante, antimicrobiana, cicatrizante, antiséptica, tonificante, limpia, etc. Por ello no deberíamos desperdiciar tantos beneficios y limitarla sólo para el paladar. Aquí van mis dos recetas:
MASCARILLA PARA EL ROSTRO: te pincelas el rostro con una fina capa de miel y la dejas actuar 30 minutos, si está muy dura ponele unas gotitas de agua tibia. Finalizado el tiempo te aplicas azúcar sobre la miel del rostro, te mojas las manos con agua tibia y te haces masajes en redondo suavemente para quitar células muertas y limpiar bien la piel, te enjuagas con agua tibia y te colocas tu crema preferida. Verás lo traslúcida, suave, limpia y tersa que queda tu piel.
CREMA DE MIEL PARA EL CABELLO: colocas en una tacita  una cucharada de crema de enjuague y una de miel, lo revuelves hasta que quede homogéneo. Te lavas el cabello y con éste aún húmedo te colocas el baño de crema y lo dejas actuar 30 minutos. Luego enjuagas con agua tibia y listo. Te secas y te peinas y verás lo brillante y suave que queda.
Hazlo y cuéntame tu experiencia.
Verónica Lercari