1.
Dividir
el día en 4 momentos para comer y ajustarse a esos horarios con rigor.
2.
No
picotear NADA fuera de los horarios destinados a comer.
3.
No
saltear el desayuno. Este debe ser una comida y no un café al paso.
4.
Prioriza
comer bien en el desayuno, almuerzo y cena.
5.
En la
merienda come solo una fruta, o un yogur
descremado, o un jugo, pero no hagas de este momento una comilona.
6.
En
cada horario de comer “pon todo lo que vas a comer y beber en una bandeja”, así
podrás VER con claridad lo que vas a meter en tu cuerpo. Si te parece mucho
puedes quitar algo, pero una vez que lo comiste ya NO PUEDES VOLVER A AGREGAR
MÁS DE LO QUE HABÍA EN LA BANDEJA.
7.
En
cada comida y desayuno divide visualmente al plato en un cuarto y en tres
cuartos. En el cuarto pones todo lo que no es frutas ni vegetales (Ej.; pasta,
arroz, carne, pescado, pan y queso, etc.) y en los otros tres cuartos restantes
pones frutas y o vegetales, crudos o cocidos.
8.
No
bebas entre horas nada que no sea agua, soda, café, mate, té y gaseosas light.
Todo lo demás tiene calorías.
9.
No te
lleves la fuente a la mesa.
10.
No
esperes a tener hambre para comer, respeta los horarios y come en ellos aunque
no tengas hambre, principalmente no saltees el desayuno.
11.
Después
de cenar, aléjate de la cocina y si te dan antojos de dulces dile a tu cerebro:
“espera al desayuno, ahora estamos fuera de hora”.
12.
Ten
siempre vegetales listos para comer, como verduras ya cocidas o lavadas
previamente y guardadas en tapers. Así te sará más simple hacerte un almuerzo o
cena y no tener que ponerte a lavar y cocinar vegetales.
Sigan estos consejos
y verán cómo van adelgazando sin pasar por hambrunas y ansiedades.
Verónica Lercari