La miel, "oro líquido", es usada desde tiempos remotos a la hora de curar y embellecer por sus extraordinarias propiedades. Siendo modestos podríamos decir que la dulce miel, además de rica, es: astringente, suavizante, antimicrobiana, cicatrizante, antiséptica, tonificante, limpia, etc. Por ello no deberíamos desperdiciar tantos beneficios y limitarla sólo para el paladar. Aquí van mis dos recetas:
MASCARILLA PARA EL ROSTRO: te pincelas el rostro con una fina capa de miel y la dejas actuar 30 minutos, si está muy dura ponele unas gotitas de agua tibia. Finalizado el tiempo te aplicas azúcar sobre la miel del rostro, te mojas las manos con agua tibia y te haces masajes en redondo suavemente para quitar células muertas y limpiar bien la piel, te enjuagas con agua tibia y te colocas tu crema preferida. Verás lo traslúcida, suave, limpia y tersa que queda tu piel.
CREMA DE MIEL PARA EL CABELLO: colocas en una tacita una cucharada de crema de enjuague y una de miel, lo revuelves hasta que quede homogéneo. Te lavas el cabello y con éste aún húmedo te colocas el baño de crema y lo dejas actuar 30 minutos. Luego enjuagas con agua tibia y listo. Te secas y te peinas y verás lo brillante y suave que queda.
Hazlo y cuéntame tu experiencia.
Verónica Lercari
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