viernes, 30 de marzo de 2012

PRESOS DE UNO MISMO

Siempre asociamos la palabra o el concepto "presos" a los que están en la cárcel, sin embargo TODOS somos presos de un montón de cosas que nosotros generamos y aunque nos hagan mucho daño no solo nos cuesta  liberarnos de ellas, sino que a demás ni las registramos, razón por la cual desconocemos lo felices que seríamos sin ellas. Por ejemplo: el mal carácter, cuántas personas son presas de un carácter de m----- que los hacen sufrir a ellos y a los que los rodean, ¡claro que si lo modificaran todos serían mas felices!, pero no pueden, están presos de ese carácter que amasaron durante años y para escapar de él lo primero es darse cuenta y luego emprender el largo y laborioso trabajo de ir contra la inercia de lo que les es cómodo,  ¿para qué decir dulcemente algo si les sale más fácil decirlo a los gritos o de mala manera? Otro ejemplo: cuántas personas se estructuran en hábitos de vida aburridos sin salidas ni amigos, y aunque se den cuenta y un día tratan de hacer algo nuevo, distinto, les gana la costumbre y el proyecto queda, como siempre, en el olvido. Lo mismo pasa con las comidas, con el trabajo, con las relaciones, con la ropa, con la manera de hacer el amor, en fin, con todo. Nos estructuramos en hacer las cosas de una manera y aunque soñemos en hacerlas de otra no nos movemos ni un centímetro hacia el nuevo rumbo. Entonces somos presos de todos esos aspectos de nuestra personalidad que nos hace la vida aburrida, triste, mediocre, frustrante, etc. O al revés, nos hace un tiro al aire, inestables, inalcansables, etc. ¿A dónde quiero llegar con esto?, tal vez a la clave del fracaso o del éxito. Creo que de nuestros aspectos personales depende nuestro destino más que de la suerte como un hecho ajeno. Si pudieramos VER con claridad cómo somos y qué aspectos son los que nos tiran para atrás, tal vez, y solo si lo deseamos enormemente y con mucho trabajo, podamos comenzar a cambiar y con esos cambios personales comenzará a cambiar el rumbo del destino, aún aquellas cosas que parecen venir de afuera. ¿Cuántas veces escuchamos decir: "no hay hombres"?, nunca escuché a una mujer preguntarse ¿qué parte de mí espanta a los hombres?. Es más simple y tranquilizador tratar de encontrar los aspectos propios que nos separan de nuestros deseos y tratar de modificarlos que esperar eternamente un cambio en el universo que nos rodea. Yo siempre sostuve: "todo lo que esté en mis manos modificar deja de ser un problema"
Gracias por leerme, Lic. Verónica Lercari

No hay comentarios:

Publicar un comentario