domingo, 13 de noviembre de 2011

LA VOZ DE NUESTRO CUERPO

Nuestro cuerpo es perfecto y, por cierto, un gran maestro. Nos habla todo el tiempo, claro que no lo hace con palabras, se comunica con sensaciones de las más placenteras a las más dolorosas, de las más tranquilas a las mas temidas, y así es como nos avisa cuando algo que le damos le hace mal o bien, cuando una situación lo tranquiliza o lo lo pone en alerta, etc., etc. Hasta cuando estiramos un músculo responde con una contracción refleja como "oposición a nuestra voluntad" y estrategia para protegerse de los abusos de movimientos que puedan lesionar una articulación, por eso nos duele elongar, pero si esperamos unos segundos sin seguir avanzando estirándolo más y más, él se relajará y nos dejará de doler para avisarnos que ese es el momento de estirarlo un poco más. Lamentablemente no escuchamos casi nada y lo peor es que no aprendemos. Por ejemplo: comemos algo que nos hace sentir mal y el cuerpo nos dice, mediante ese malestar, que eso que le dimos de comer le hizo mal, sin embargo se lo volvemos a dar. Nos acostumbramos a tapar la voz del cuerpo con medicamentos y no se nos ocurre modificar la conducta. ¿Le preguntás a tu cuerpo si te da permiso a lastimarlo?, NO, no lo hacemos. Violamos la integridad de nuestro cuerpo permanentemente, tal vez creemos que es de goma, pero no es así. Lo más irónico e hipócrita de estas historias es que con el correr de muchos años nos sorprendemos y nos enojamos con nuestro cuerpo por su mal estado de salud y nos preguntamos: ¿pero por qué a mí?, como si no nos hubiera avisado SIEMPRE del daño que le hacíamos con lo que le dábamos de comer y con la falta de actividad física adecuada a sus necesidades. Hasta llegamos a decir barbaridades como: "estoy gorda porque la menopausia engorda, o lo que es peor, que los embarazos me engordaron para siempre", nunca se nos ocurre mirar NUESTRA conducta hacia nuestro cuerpo y encontrar en ella la verdadera responsabilidad de lo que vemos. El cuerpo engorda porque lo llenamos de comida inadecuada en cantidades que NO gastamos. Espero, una vez más, que te ayude a pensar y si te ayuda a modificar un poco tu relación con tu cuerpo, verás lo generoso que él puede ser contigo.
Lic. Verónica Lercari

1 comentario:

  1. Cuanta verdad dura de asimilar Verónica. Yo era dueña de un cuerpo delgado y noble al que creí eterno y hoy a los 53 años con 15 kg. de sobrepeso, líquido en las rodillas y diabetes 2 recién diagnosticada no hago más que lamentarme no haberlo cuidado. Ahora lo hago pero es difícil el movimiento. Te aprecio y admiro Cecilia

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