viernes, 25 de marzo de 2011

LOS MÚSCULOS SON EMOCIONALES

Cuando hablamos de postura o de malas posturas debemos comprender que no es una tarea simple que se suscriba en enderezar aquí o allá, o en aplicar una serie de ejercicios y técnicas y listo. Las emociones de una persona se apropian del cuerpo físico y le dicen al mundo "así me siento" a través de una determinada actitud postural. Claro que no todo es emoción, ya que la postura puede verse comprometida por razones puramente físicas como una enfermedad neurológica, un segmento vertebral mal formado, un miembro inferior más largo que otro, etc. También puede suceder que un hábito laboral se apodere de un cuerpo de tal manera que aún cuando no está trabajando ese cuerpo mantenga la actitud postural de ese trabajo. Sucede que los movimientos y posturas repetidas durante horas, días, meses y años van desequilibrando las tensiones musculares al punto de acortar excesivamente algunas cadenas musculares como alargando a otras hasta que la persona queda "con la forma de su trabajo". Pero aún en los casos más complejos y con un trabajo integral y constante se puede desandar el camino y volver a realinear. De todos modos las emociones que uno siente sobre uno mismo son muy importantes a la hora de encarar un plan de tratamiento. Yo recomiendo hacer terapia si la autoestima es baja, ya que nadie con una baja autoestima puede encarar al mundo "con el pecho en alto", o con un nivel de timidez agudo.

Por eso, mis queridos lectores, lo primero es quererse, autovalorarse, luego solo hay que caminar hacia delante.

Verónica Lercari

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